Descubriendo la Arquitectura desde el Corazón

Hoy me sumerjo en un viaje hacia el corazón de la arquitectura, una travesía que va más allá de lo visual en los profundos sentimientos y sensaciones que los espacios construidos pueden evocar en nosotros. Me inspira profundamente el libro “Los Ojos de la Piel” de Juhani Pallasmaa, una obra que nos invita a explorar la arquitectura desde una perspectiva sensorial y emocionalmente enriquecedora.

Pallasmaa nos enseña que la arquitectura no se limita a la forma y la función, sino que se convierte en una experiencia completa que involucra todos nuestros sentidos. Cada material, textura y espacio tiene el poder de despertar emociones, evocar recuerdos y conectar con nuestra esencia más profunda. Es como si los espacios hablasen un lenguaje silencioso pero elocuente que llega directamente al corazón.

Fuente: Ampliación del Museo MKM Küppersmühle / Herzog & de Meuron. Imagen © Simon Menges.

Cuando diseñamos y construimos, no solo estamos creando estructuras físicas, sino que estamos moldeando entornos que influirán en el estado de ánimo, el bienestar y la calidad de vida de las personas que los habitan. Es por eso que la arquitectura debe abrazar la humanidad en toda su complejidad, adaptándose a las necesidades sensoriales, emocionales y espirituales de quienes interactúan con ella.

Una de las lecciones más poderosas de “Los Ojos de la Piel” es la importancia de la corporeidad en el diseño arquitectónico. Nuestro cuerpo no solo es un espectador pasivo del espacio, sino que es un actor central que experimenta y da significado a cada ambiente. La sensación del tacto al rozar una superficie, el aroma de la madera recién cortada, el sonido del agua que fluye; todos estos elementos se entrelazan para crear una narrativa sensorial que enriquece nuestra percepción del mundo que nos rodea.

Fuente: NAVE / Smiljan Radic. Imagen © Nico Saieh.

Al contemplar la arquitectura desde el corazón, nos sumergimos en un viaje de descubrimiento y conexión con nuestra propia humanidad. Los espacios se vuelven más que meras estructuras, se convierten en escenarios donde se desarrollan historias de vida, se forjan relaciones emocionales y se despiertan emociones profundas. La arquitectura se convierte así en un medio para expresar nuestra identidad, nuestros valores y nuestras aspiraciones más elevadas.

Recordemos también la importancia de la simplicidad y la autenticidad. No se trata solo de crear edificios impresionantes visualmente, sino de construir lugares que resuenen con el alma, que inspiren el espíritu y que nutran la esencia misma de quienes los experimentan, la arquitectura desde el corazón es un llamado a diseñar y construir con empatía, sensibilidad y un profundo respeto por la humanidad y el entorno natural.

Es un recordatorio de que cada espacio tiene el potencial de ser un reflejo de nuestra conexión con el mundo y de nuestra capacidad para crear belleza dotando de significado en cada rincón. Que este viaje nos inspire a explorar la arquitectura desde nuevas perspectivas, a abrir nuestros corazones a la belleza que nos rodea y a buscar siempre la armonía entre la forma, la función, que la emoción en cada obra que dejamos como legado para las generaciones futuras.

Agradecido, a seguir estudiando.

Moroni Pozo.