Extendiendo sobre un capitulo anterior… https://moronipozo.com/bolivia-libre-de-arquitectura/
En los últimos años, hemos sido testigos de la emergencia de una arquitectura única y cautivadora en El Alto, una expresión que va más allá de la estética y se sumerge en las profundidades de la identidad cultural y la historia de la región. Esta arquitectura, conocida popularmente como “cholets”, ha desafiado las convenciones y ha abierto un diálogo fascinante sobre lo que significa ser latinoamericano en el contexto global contemporáneo.
Al observar los cholets de El Alto, podemos ver una fusión única de elementos tradicionales andinos con influencias modernas y globales. Esta fusión no es simplemente superficial, representa la complejidad de la identidad como pueblo. En cada detalle de estos edificios, desde los patrones geométricos hasta los colores vibrantes, podemos sentir la historia, las luchas y las aspiraciones de una comunidad que se aferra a sus raíces mientras abraza el futuro.
Es importante entender que la arquitectura chola de El Alto no es simplemente una imitación o una vuelta al pasado heroico, como algunos escritores podrían sugerir. Es una declaración audaz de identidad, una afirmación de que su historia y cultura tienen un lugar legítimo en el mundo contemporáneo. En cada cholet, vemos la yuxtaposición de mundos y tiempos diferentes, una representación visual de la epistemología ch’ix (fé de ratas a un post anterior https://moronipozo.com/bolivia-libre-de-arquitectura/) que nos recuerda que somos un color formado por pequeños puntos de colores contrastantes, pero que nunca se mezclan completamente.
El Alto, con su crecimiento explosivo, su papel central en la vida política y cultural de Bolivia, se ha convertido en un epicentro de esta exploración de la identidad arquitectónica en América Latina. La ciudad misma es un testimonio vivo de la coexistencia de culturas, de la resistencia frente a la homogeneización y de la búsqueda constante de expresión auténtica.
Como arquitecto jr latinoamericano, encuentro inspiración en la valentía y la creatividad de arquitectos a lo largo y. ancho de América Latina. Nuestra tarea no es solo diseñar edificios, sino también contar historias, preservar memorias y construir puentes entre pasado, presente y futuro. En cada proyecto, buscamos esa armonía compleja entre lo ancestral y lo contemporáneo, entre lo local y lo global.
La identidad arquitectónica en América Latina es un tema amplio que merece toda nuestra atención y reflexión. Los cholets de El Alto son solo un ejemplo de esta exploración continua de quiénes somos y quiénes queremos ser en el mundo.
Agradecido a seguir estudiando.
Moroni Pozo