En el universo arquitectónico, encontramos ejemplos que trascienden la funcionalidad para convertirse en experiencias sensoriales y emocionales. Una de estas es ‘Casa para Ver el Cielo’ de Cota Paredes arquitectos, una creación que fusiona la naturaleza, la privacidad y la contemplación en un solo espacio. Como arquitecto jr enamorado de la innovación y la belleza, esta obra me cautiva por su capacidad para elevar el concepto de hogar a nuevas alturas.
Ubicada en las faldas del bosque en Guadalajara, México, esta casa es mucho más que cuatro paredes y un techo. Es una invitación a sumergirse en la introspección, a encontrar la paz y la serenidad en un entorno arquitectónico que abraza la naturaleza y la luz de manera sublime.
Al adentrarnos en la Casa para Ver el Cielo, nos encontramos con un diseño que va más allá de lo convencional. Su distribución responde al juego entre luz y sombra, orientando los espacios para aprovechar al máximo la luminosidad matutina mientras protege del calor del poniente. Este equilibrio entre iluminación natural y privacidad se logra magistralmente a través de un muro pantalla de concreto, que actúa como un escudo sutil pero poderoso frente a las miradas indiscretas y el ruido exterior.
Este concepto de muro pantalla no solo cumple una función estructural, sino que también crea un jardín interior, un oasis que calma el corazón de la vivienda. Aquí es donde la arquitectura se convierte en poesía, donde cada ángulo, cada detalle están diseñados para inspirar y elevar el espíritu del habitante.
Al sumergirme en la contemplación de esta obra, no puedo evitar recordar las reflexiones de Jun’ichirō Tanizaki en su libro “El Elogio de la Sombra”. Tanizaki nos invita a apreciar la belleza de lo sutil, de lo sugerido, de la penumbra que permite que la imaginación vuele. En ‘Casa para Ver el Cielo’, veo reflejada esta filosofía japonesa de encontrar la belleza en la sombra, en la intimidad, en el silencio que invita a la reflexión profunda.
La unión entre la arquitectura y el libro de Tanizaki se vuelve evidente al contemplar cómo la casa se envuelve en sí misma, creando una experiencia casi meditativa. Los muros que se prolongan hacia el cielo, las aberturas estratégicas que enmarcan el paisaje exterior como cuadros vivos, todo contribuye a esa sensación de estar inmerso en un espacio sagrado, donde el tiempo se detiene y la mente encuentra claridad.
‘Casa para Ver el Cielo’ es mucho más que una estructura física, es un testimonio de cómo la arquitectura puede elevarnos, inspirarnos y conectarnos con aspectos más profundos de nuestra existencia. Es una invitación a mirar hacia arriba, a contemplar el cielo, a encontrar la belleza en la sombra y la luz que danza entre sus paredes.
‘Casa para Ver el Cielo’ es una obra que fusiona la introspección arquitectónica con la filosofía de “El Elogio de la Sombra”, creando un espacio donde la luz y la sombra se entrelazan para inspirar y elevar el espíritu humano. Esta casa nos invita a contemplar el cielo, a encontrar la belleza en lo sutil y a sumergirnos en una experiencia arquitectónica que trasciende lo físico para conectar con aspectos profundos de nuestra existencia. Es un testimonio de cómo la arquitectura puede ser más que simples estructuras; puede ser un portal hacia la contemplación, la paz interior y la belleza atemporal.
Agradecido a seguir estudiando.
Moroni Pozo